sábado, 9 de mayo de 2009

Un día en la vida del pequeño Armand le Fou

El otro día, amiguitos del Club del Prozac, estaba solo en mi departamento cuando, de pronto, me dieron ganas de tomar un vaso de leche bien fría. Revisé el refrigerador y noté que no tenía lo que deseaba, así que me dispuse a ir a la tienda más cercana para comprar un litro. 

De regreso a casa, en el elevador que me lleva a mi piso, no aguanté las ganas de un trago largo de lechita: destapé el envase y bebí. Cuando se abrieron las puertas, dos hombres vestidos de policías (que todavía creo que bien pudieron ser un par de putas) estaban esperándome. Tenían la mirada fija sobre mi rostro y ,en ocasiones, sobre la mano que llevaba mi leche. 

POLICÍA I: Joven, buenas tardes. ¿Es usted residente del edificio?

LE FOU: Esteeem, buenas. Eheeeeem (cof, cof). Pus... Pus sí, vivo en este piso. 

POLICÍA II: Menos mal, caballero. De ser usted un visitante, tendría que acompañarnos a la delegación. Quizá usted no lo sepa, pero está terminantemente prohibido beber leche en los elevadores. 

POLICÍA I: Nuestro sistema de vigilancia lo detectó hace unos segundos, joven. Nos reportaron la falta inmediatamente y aquí estamos. 

LE FOU: (¡!) A ver, a ver. ¿Me está diciendo que no puedo tomar leche en el elevador?

POLICÍA II: Así es.

LE FOU: ¡Eso no tiene sentido! Aparte, ¿entonces hay cámaras en los elevadores?

POLICÍA I: Sí, señor, en todos. 

LE FOU: ¡Pero si ya van como seis o siete veces que me masturbo aquí dentro y nadie me dijo nada!

POLICÍA II: Bueno, joven, eso es siempre distinto. A cualquiera le pueden llegar a dar ganas de masturbarse en el elevador. Usted sabe, la ciudad es absorbente y un ascensor siempre es buen lugar para desfogarse. 

POLICÍA I: En el edificio no hay inquilino que no se haya masturbado ya en el elevador. Hasta los niños gozan de tan provechosa actividad. 

LE FOU: (Atónito) ¿Está usted hablando en se...? Mhhhh, bah. ¿Tengo que hacer algo por lo de la leche? 

POLICÍA I: No, señor. Pero la próxima vez será detenido. Que tenga una buena tarde.

Se fueron.

Ése fue el último día en que tomé leche... O cualquier otra cosa que se pueda parecer al semen.

4 comentarios:

  1. Caray... arriba la libertad de expresión sexual en los elevadores!!!

    Seguro cuando los viste traías el Jesús en la boca...además de la prueba del delito claro. Te pasas...

    todo mundo sabe q está prohibida la leche en el elevador.

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  2. jajaja que loco
    esta muy padre lo que escribiste
    y realmente te pone a pensar que cosas hace la gente en los elevadores, y que tanto han de ver los de las camaras de seguridad.

    te mando muchos saludos =) cuidate
    se te extraña

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  3. ilustre me da gusto que vuelva a escribir para los descononidos

    saludos

    cinturonpiteado.blogspot.com

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  4. Wow! Concreto, verosímil, cotidiano... Si se nota que el talento viene de familia :D!! No es cierto, está increíble tu relato, muy a tu estilo, sólo que podrías poner el lenguaje de los polis menos refinado y un poco más de la banda, para darle aún más versimilitud. Por lo demás, ¡perfecto! Eres grande pequeño Armand!!! Te quiero!! ^_^!

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